Córtame el nudo, Gordiano; David Roas

domingo, 27 de diciembre de 2009
CÓRTAME EL NUDO, GORDIANO

Ismael Godínez, lúcido aún, nota cómo su cuerpo se mece como un estúpido pelele colgado del techo de la habitación, y se arrepiente de haber cedido a aquel maldito arrebato. Sus manos actúan de forma autónoma intentando detener la terrible opresión de su cuello, mientras sus pulmones luchan por tragar un poco más de aire. De pronto, un pequeño halo de luz se cuela bajo la puerta. Ismael sabe que puede llegar su salvación, pero no se atreve a moverse: ello aceleraría más su estrangulamiento. Para llamar la atención, lanza unos gemidos sofocados. Al otro lado de la puerta, sus padres escuchan en silencio, felices de saber que Ismael, por fin, ha traído a casa una amiguita.
David Roas



Clara Obligado (ed.), Por favor, sea breve 2: Antología de microrrelatos, Páginas de Espuma, Madrid, 2009, p. 120.

Ante el escritor, Pierre Bayard

jueves, 24 de diciembre de 2009

Cualquier escritor que haya conversado cierto tiempo con un lector atento, o leído un artículo bastante extenso a su respecto, conoce esa experiencia de inquietante extrañeza en que uno se da cuenta de la ausencia de correspondencia entre lo que ha pretendido hacer y lo que se ha entendido. Distancia que no resulta sorprendente si se piensa que, al diferir por definición sus libros interiores, aquel que el lector ha superpuesto al libro del escritor no tiene ninguna posibilidad de ser identificado por éste. [...]

Así, se podría afirmar que las probabilidades de herir a un escritor al hablar de su libro son proporcionales a lo mucho que nos haya gustado. Más allá de los motivos generales de satisfacción que pueden provocar la sensación de coincidir, el esfuerzo para ser más preciso en el enunciado de razones que nos han llevado a apreciarlo lo tiene todo para resultar desmoralizante para el autor, al confrontarlo abruptamente con lo que es irreductible en el otro, y por tanto irreductible en él mismo y en las palabras por medio de las cuales intenta expresarse. [...]

Si es cierto que los libros interiores de dos individuos no pueden coincidir, resulta inútil aventurarse en largas explicaciones frente a un escritor, que corre el peligro de que su angustia crezca a medida que evocamos lo que ha escrito, con la sensación de que le hablamos de otro libro o que nos confundimos de persona. Y con el riesgo de vivir una verdadera experiencia de despersonalización a medida que se confronta con la amplitud de lo que separa a un ser de otro.

Como vemos, cabe ofrecer un solo consejo sensato a quienes se encuentran en la situación de tener que hablar al autor de uno de sus libros sin haberlo leído: elogiarlo sin entrar en detalles. El autor no espera un resumen o un comentario razonado de su libro e incluso es preferible no proporcionárselo; espera tan sólo, preservando la mayor ambigüedad posible, que se le diga que nos ha gustado lo que ha escrito.


Pierre Bayard, Cómo hablar de los libros que no se han leído, Anagrama, Barcelona, 2008, pp. 111-113.

Consejos de almohada, Teresa Serván

lunes, 21 de diciembre de 2009

CONSEJOS DE ALMOHADA

Aquella noche debía decidir si iba a abandonarla. Llegó a casa de madrugada y descubrió que su esposa se había quedado dormida en su lado de la cama. Se acostó en la mitad del colchón que no le correspondía. Echó de menos su almohada, gruesa y firme, gran consejera y tuvo que pelearse con la de su mujer. Él amaneció temprano, dispuesto a ponerse el vestido rojo para la boda del sábado. Ella, extrañamente resuelta a huir con la joven amante que ignoraba tener.

Teresa Serván


Clara Obligado (ed.), Por favor, sea breve 2: Antología de microrrelatos, Páginas de Espuma, Madrid, 2009, p. 158.

Punto final, Javier Almuzara

domingo, 20 de diciembre de 2009

PUNTO FINAL

Sabiendo que el olvido
es el punto final de todo empeño,
empeñarte en crear
la vida al lado de la vida
sólo te llevará a morir dos veces.

Javier Almuzara, Constantes vitales, Visor, Madrid, 2004, página 15.

Constelación del Can, Julio Cortázar

viernes, 18 de diciembre de 2009

CONSTELACIÓN DEL CAN

En un absoluto ninguna pintura necesita de la palabra, pero histórica, temporalmente, el pintor y el espectador cuentan de alguna manera con ella, la provocan y la alimentan. No siempre, sin embargo, se advierte esta diferencia: si hay una pintura que reclama al crítico como intercesor, hay otra que por derecho propio prefiere la voz del poeta. Frente a las pinturas de Jean Thiercelin podrán alinearse las referencias culturales, se escucharán palabras como capto, arcaísmo, obsesión, bizantino, frescos románicos; el poeta lo sabe, pero sabe asimismo de una operación que se cumple fuera de la historia, que suscita en la tela un territorio intemporal, un presente atávico en el que la recurrencia de las imágenes que Thiercelin llama los antepasados es una vez más el espejo del shamán que revela los arcanos de la raza, la continuidad del gran terror de ser un hombre y estar vivo entre muerte y hogueras. Creo que ciertas figuras que ninguna ley de la razón reconoce, rigen nuestra libertad más secreta, esa que tiende sus puentes por fuera de los órdenes de la ciudad; si ya en una ocasión hablé de Rilke, el perro-lobo de de Jean Thiercelin, no puede sorprenderme hoy, mientras miro sus pinturas, que vengan a mi memoria unos versos donde el poeta de Duino se pregunta, mientras escribe, quién o quiénes están murmurando junto con él y a través de él las palabras que traza su pluma; también Thiercelin ha de preguntarse qué manos sostienen con la suya ese pincel de donde nacen los rostros de un linaje obstinado, el murmullo pavoroso de la sangre común que enlaza tantas venas para burlarse del coágulo final, para lanzar su tigre a ese salto infinito que termina y renace en nuestros ojos.

Ilustraciones: Jean Thiercelin



Julio Cortázar, Territorios, Siglo XXI, Madrid, 2009, p. 107.

[No había cañerías...], Siri Hustvedt

lunes, 14 de diciembre de 2009


No había cañerías, y la casa no hacía ruido. Los grillos, constantes y caóticos, conforman un millón de voces al anochecer. Ahora este es mi país, dijo él mientras conducía a través de las llanuras deshabitadas de Dakota del Sur, con el lino azul y el maíz creciendo como siempre, donde uno puede ver hasta el infinito. Este es el país de mi padre, extremado y ventoso, ardiente o insoportablemente frío, y en primavera, la violencia de los capullos rotos y la corteza extraña de los sauces blancos, la presencia diminuta de flores silvestres en el musgo húmedo es la vista que elijo, cerca del suelo, con una mejilla en el fango junto al riachuelo y después dormitando con el ruido de los grillos. El día que me miré al espejo no sabía que cuando uno besa es imposible ver nada; ciega la proximidad a medida que una cara penetra la otra. Es breve y solo queda el estremecimiento del recuerdo mientras recorro la calle. El azafrán nace en primavera, abre rápido y al poco tiempo se marchita.


Siri Hustvedt, Leer para ti, Bartleby Editores, Madrid, 2007.

Augurios, Isabel Cienfuegos

sábado, 12 de diciembre de 2009

AUGURIOS

En mi juventud en el Lacio, sacrifiqué gorriones y palomas. Más tarde, ya en campaña, halcones de fiero vuelo. Después faisanes, pavos de cola real tan azul como el cielo en los atardeceres del foro. Ordené a los arúspices extraer las vísceras para leer en ellas mi futuro. Ahora, en el lecho, ya abatido, daría el tiempo que me queda, por sentir la brisa de unas alas.

Isabel Cienfuegos


Clara Obligado (ed.), Por favor, sea breve 2: Antología de microrrelatos, Páginas de Espuma, Madrid, 2009, página 175.

La gramática del perro, Fabián Vique

viernes, 11 de diciembre de 2009

LA GRAMÁTICA DEL PERRO

En el lenguaje de los perros la palabra hombre se pronuncia "UAU" y la palabra perro se pronuncia "UAU".
Esto demuestra que el lenguaje de los perros no tiene consonantes.
También demuestra la soberbia del perro, que se ve a sí mismo a la par de la más evolucionada de las criaturas.

Fabián Vique


Clara Obligado (ed.), Por favor, sea breve 2: Antología de microrrelatos, Páginas de Espuma, Madrid, 2009, página 176.

[Para una persona...], Nacho Vegas

miércoles, 9 de diciembre de 2009
La noche en nuestra casa, Dorothea Tanning


Para una persona con una esmerada conciencia de sí misma, el insomnio es, oh paradoja, la mayor de las pesadillas.
Pero hay algo que hace preferible las pesadillas al insomnio, como hay algo que hace preferible el sueño a la vigilia.
De aquellas sólo somos conscientes cuando salimos de ellas, cuando despertamos: sensación de alivio.
La vida, sin embargo, no admite alivio de sí misma, a no ser que optemos por utilizar drogas bien fuertes.
No me digan que su vida es una pesadilla porque les acusaré de ligereza.
La vida es más un vastísimo y doloroso insomnio.



Nacho Vegas, Política de hechos consumados (Relatos, monólogos y poemas), Limbo Starr, Madrid, 2009, página 39.

[Sabemos de la vida...], Vicente Martín Martín

domingo, 6 de diciembre de 2009


Sabemos de la vida porque existen
los muertos digitales y los falsos suicidas,
sabemos de la vida por el miedo,
por el dolor que cruza los maizales y el olor de los higos,
por la melancolía que arrastran las muchachas en los túneles del metro,
por las manos prestadas en el sueño a un mendigo,
por las faltas de estilo con que escriben los pájaros
y la artera aritmética de las órbitas artificiales,
___________por la rosa legítima de los enamorados,
___________por los textos en sánscrito,
___________por las palabras no dichas,
___________por la duda y la noche,
___________por la duda y el día,
sabemos de la vida porque ocurren las cosas
y el tiempo siempre acaba mostrándonos los fósiles de los héroes,
porque hay cuadros colgados de las paredes de los balnearios
y hay soldados mecánicos que disparan a los insectos,
sabemos de la vida porque existen cleptómanos postizos
y agentes judiciales ortopédicos

y esto siempre es así porque vivir no engendra sino fobias,
actitudes distantes,
porque vivir es tan sólo una excusa
para mirar al cielo con faltas de ortografía.



Vicente Martín Martín, Como tu piel desnuda, Renacimiento, Sevilla, 2009, páginas 62-63.

Tierra, Viviana Paletta

sábado, 5 de diciembre de 2009

TIERRA

Hacinados sobre cubierta, el cuerpo carcomido por el salitre, los labios llagados. Algunos todavía tenían ánimo de barajar los naipes, de tirar fichas. Otros, deliraban con los pañuelos mojados en la cabeza, calcinados de horas con el sol a sotavento, con el sol a barlovento. Envueltos por el murmullo incesante del batir de las olas contra el casco. El corazón traspasado por el frío de la muerte. Agua que reflejaba el agua. Con alucinaciones donde veíamos islotes, casas, empedrado, la plaza del pueblo, una romería.

Ya no podíamos. Cada vez costaba más encontrar a quien quisiera subir al palo mayor a desquiciarse los ojos para ver una señal. Un día, además de sirenas y delfines que acompasaban el ritmo de la nave, que nos acompañaban de a ratos y luego se perdían en la lejanía, vimos un batiburrillo de ramas con pétalos pegados, como una corona que nos daba al mar. El primero que la vio no dijo nada, pensando que era otra travesura de su delirio. Pero la vio otro, y otro más, y nos pegamos a la borda queriendo esperanzarnos. El grumete trepó a la cofa y se quedó allí cuatro días con sus noches, intentando ver. Sólo nos pedía agua dulce. Fue el primero en discernir, entre tanto aire, ráfagas con otro olor, a flores, a maleza, a lluvia terrenal.

Una madrugada nos sorprendió dormitando sobre cubierta, empapados con el rocío con que nos bañaba la luz lunar. Fue cuando gritó.

Viviana Paletta


Clara Obligado (ed.), Por favor, sea breve 2: Antología de microrrelatos, Páginas de Espuma, Madrid, 2009, pp. 33-34.

Selva de luz, Juan Antonio González Fuentes

miércoles, 2 de diciembre de 2009


SELVA DE LUZ

En descenso camina alzada una selva de luz, aquella que al lograrse ciega sus primeros giros, la que luego sube a conjugar el saldo azul de las aguas, el hecho febril de abrir espacios para velarse triste en la singular partida que nunca acaba.



Juan Antonio González Fuentes, La lengua ciega, DVD Ediciones, Barcelona, 2009, página 35.

Expansión de las ciudades, Carlos Violadé

martes, 1 de diciembre de 2009


EXPANSIÓN DE LAS CIUDADES

El lago se fue vaciando tan despacio
que nadie echó de menos
su presencia.



Carlos Violadé, Montañas de mar, Renacimiento, Sevilla, 2009, página 37.

[Las hojas muertas...], Masaoka Shiki

domingo, 29 de noviembre de 2009


Las hojas muertas
llegan de cualquier sitio
mientras muere el otoño

Masaoka Shiki



Alberto Silva (ed.), El libro del haiku, Visor, Madrid, 2008, página 248.

[Entonces, con el crédito...], Agustín Fernández Mallo

jueves, 26 de noviembre de 2009

Entonces, con el crédito de haber accedido a una segunda vida, y quizá como folclórico rito que trae recuerdos de la primera, dieron inicio mis visitas a la tumba, lo que equivalía a decir al recuerdo del Proyecto. Solía salir al amanecer tomando el sendero que conducía directamente a la playa, acompañado por la luz de la luna si la había y por las luces titilantes de la isla que se veía en el horizonte. Iba recogiendo lo que veía, variaciones de lilas y amarillos de manzanillas que combinaba con intensos verdes; discretos ramos que yo creía dignos epitafios, y que clavaba en la tierra, a la cabecera de la tumba.

En un principio no ocurrió nada, pero a los pocos días mi ramo había desaparecido y en su lugar había otro también silvestre que yo me encargué de hacer desaparecer para clavar de nuevo otro. Esto ocurrió 3 o 4 veces.

Una mañana, yendo yo de regreso, nos cruzamos. Por sus constantes paradas y flexiones supe que él también arrancaba lo que veía. Fue uno de esos encuentros cargados de temor nervioso hasta que una vez pasado lamentas no haber exprimido del todo el azar de tus cartas. Y es que por su constante forma de repeinarse, por sus intermitentes miradas indirectas, supe que no las tenía todas consigo, que me podía haber permitido algún lujo, un insulto, una patada, un escupitajo en la cara. Ni nos rozamos. Un pequeño ramo le temblaba en la mano.

A partir de entonces él comenzó a ir por las noches, a lo que yo contesté por las tardes, y él a su vez al amanecer, y así en una continua rotación que me hizo perder un poco el sentido de los días. Esta situación se prolongó por espacio de una semana con ramos cada vez menos vistosos, surtidos de malas hierbas. Concluyó el día en que dejamos sin flores el camino. Pensé en una lengua de muerte lamiendo el reposo de la tumba; me sentí mal. A mi último manojo de mirto y cardos él ya no contestó. O sí lo hizo, pero elevando de allí en adelante el volumen de la música en su estudio.


Agustín Fernández Mallo, Nocilla Lab, Alfaguara, Madrid, 2009, pp. 139-140.

Árboles, Ben Clark

miércoles, 25 de noviembre de 2009


ÁRBOLES

Cuando a mí me explicaron la semántica
el viejo profesor nos dijo a todos:
"Quiero que se imaginen un gran árbol".
Y nosotros, que aún no conocíamos
el amor ni la pérdida, pudimos.

Y yo imaginé un pino sin saber
si aquello estaba bien, si no sería
mejor haber pensado en otra cosa;
un álamo o quizás un alcornoque.

"¿Y usted en qué ha pensado?", me tronaron.

En un pino, señor, dije afligido.

¡Ah!, dijo el profesor, meditabundo.

Y entonces escalé para escapar
del profesor, del aula y de los ojos
huecos de la semántica. Subí
hasta sentir las ramas doblegarse,
hasta sentir que el pino me advertía:

"No subas más, mejor hubieras hecho
imaginando un roble, vuelve, ¡vuelve!"
Pero yo no sabía de semántica
y ascendí hasta quedar en equilibrio,
a merced de cualquier idea o viento.

Y desde allí, por fin, los pude ver:

sonreían con miedo entre las copas;
sobre abedules, plátanos, sabinas,
magnolias, eucaliptos y secuoyas.

Y un errático punto allá en el suelo

hablaba de los árboles, del árbol,
de la significancia y de otras cosas.

Pero nadie escuchaba sus palabras.




Ben Clark, Memoría, Huacanamo, Barcelona, 2009, pp. 44-45.

El principio, Abel Murcia

sábado, 21 de noviembre de 2009


EL PRINCIPIO

Y tengo por costumbre cumplir años
todos los veintiuno de noviembre,
un hecho que comparto, a ciencia cierta,
con hombres y mujeres de los que sólo sé
que comparten conmigo el día veintuno
de algún mes de noviembre.
Hubo también un tiempo en que ese día
no tenía relación con mi presencia
e incluso otro en el que nadie sabía
que existieran los meses y que uno de ellos
se llamara noviembre,
y también otro tiempo sin días veintiuno
para medir el tiempo,
—creo haberlo leído en algún sitio,
pero recuerdo que no entendí todo—.
Y hubo tiempos sin tiempo, y hubo tiempos sin mí.
Si como todos dicen —poco importancia tiene
que hubiera algún primero—, la historia se repite,
es probable que lleguen otros tiempos
en los que yo no esté; ni yo, ni aquellos otros
que comparten conmigo los meses de noviembre
y en todos esos meses el día veintiuno,
y que a pesar de ello parecen no ser yo.

Es demasiado azar y es poca la existencia:
quizá sea un alivio saber que en esta historia
apenas si se trata de una cuestión de tiempo.

Esta noche he soñado.



Abel Murcia, Kilómetro 43, Bartleby Editores, Madrid, 2008, página 42.

[Lo que quisiera yo...], Tomás Segovia

miércoles, 18 de noviembre de 2009


Lo que quisiera yo no es acordarme
Es colgarme apoyarme aferrarme abrazarme
Sentarme encima de las viejas horas
Casi aplastarlas
Es cabalgarlas yo y que me lleven ellas
Volver a viajar en su viaje
Sacarlas ya de ese bolsillo
Donde las guardo a oscuras viviendo de migajas
Y que me digan siempre interminablemente
Que no se van a ir
Que estamos juntos para siempre
Que no me van a dejar solo
Y sobre todo por piedad que digan
Que nunca me engañaron
Ni me engañarán nunca
Que vivir era eso.



Tomás Segovia, Aluvial (Poemas 2007-2008), Pre-Textos, Valencia, 2009, página 72.

Transportes Franz Kafka, Zanasis Jatsópulos

domingo, 15 de noviembre de 2009

TRANSPORTES FRANZ KAFKA

Inscripción en un contenedor que surca la carretera. Enorme tráiler articulado con remolque doble. Solo falta la indicación: Praga. El fantasma del escritor sella el transporte (en griego, metaphora). De un país a otro. De una lengua a otra. De una cultura a otra. De una situación a otra. Y lo único que queda es un contenedor vacío. Recorre las carreteras de Europa, y por supuesto las de la antigua Mitteleuropa, con tan significativa denominación en los costados: T r a n s p o r t e s F r a n z K a f k a. La anfibología de la realidad orquestada por el azar supera toda fantasía y sorprende con un vigor subversivo, permitiendo la circulación de la propia metaphora y la del nombre del escritor.


Zanasis Jatsópulos, Verbos para la rosa, Miguel Gómez Ediciones, Málaga, 2002, página 75.

Panteón de familia [Tercetos desencadenados], José Antonio Arcediano

sábado, 14 de noviembre de 2009

[E. A. P., 1809-1849]
Vino a mí recitando el nevermore
que me asió a las entrañas de la tierra.
Nunca más el abrazo de Lenora.

***

[A. R., 1854-1891]
Perdido entre las sábanas, tan blancas,
dirimiendo una fiebre incalculable.
No ser más que la puta de Verlaine.

***

[F. P., 1888-1935]
Haciendo deshonor a mi apellido,
fui más verso que hombre, más poeta
que persona en la noche de Lisboa.

***

[F. G. L., 1898-1936]
Por la noche de Harlem sobrevuela
este pichón del Turia que te mando,
blanco, igual que los copos del amor.

***

[J. C., 1926-1967]
Todo amor es supremo, cuando amar
es caricia del ébano en la plata
y los trenes conducen al ocaso.

***

[R. C., 1938-1988]
La niebla desveló crines salvajes
y un nombre calcinado entre sus brumas,
pero su voz resiste tanta noche.

***

[J. M., 1943-1971]
El salvaje destino de las sombras
me llevó hasta una guerra singular
donde ruge el metal de los arpegios.

***

[J. B., 1966-1997]
Esculpí la palabra Mississippi
y aventuré una senda plateada
de la no-muerte hasta la eternidad.

***

[K. C., 1967-1994]
Olor agreste de la adolescencia
y una palabra sucia como pólvora
mojada en el sudor de tu gemido.



José Antonio Arcediano, La verdad del frío, La Garúa Libros, Santa Coloma de Gramanet, 2009, pp. 41-45.

[Somos niños...], Vicente Luis Mora

miércoles, 11 de noviembre de 2009


Somos niños
con un juguete
enorme,
recién desenvuelto
pero desmontado,
sin manual
de instrucciones.

Sostenemos
las piezas
en la mano,
con la sonrisa
helada,
sin saber
qué hacer
ni a quién
preguntar,
porque no hay padre.




Vicente Luis Mora, Tiempo, Pre-Textos, Valencia, 2009, página 29.

Tentativa, José Antonio Arcediano


TENTATIVA

Cuando alumbras
la saliva limítrofe de un nombre
igual que un universo en construcción,
amenazado siempre de hecatombe,
de muerte, de fracaso;
cuando ensayas el himno del perdón,
el viento aúlla entre las gárgolas
consolidando la verdad del frío.




José Antonio Arcediano, La verdad del frío, La Garúa Libros, Santa Coloma de Gramanet, 2009, página 25.

[Otoño seco...], Aurora Luque

viernes, 6 de noviembre de 2009



Otoño seco.
Será porque los charcos
son interiores.




Aurora Luque, La siesta de Epicuro, Visor, Madrid, 2008, p. 41.

[Cuando ves...], Vicente Luis Mora

jueves, 5 de noviembre de 2009



Cuando ves un edificio antiguo, o un puente
de hierro oxidado, estás viendo a la naturaleza
y al hombre trabajar juntos.




Vicente Luis Mora, Tiempo, Pre-Textos, Valencia, 2009, página 24.

7,12 p.m., Francisco Cenamor

lunes, 2 de noviembre de 2009


7,12 p.m.

El árbol en medio de la acera
está huérfano de abrazos.
Teñido por el hollín de los escapes.
No se ha parado hoy nadie a enternecerlo.

Hace frío al caer la tarde.
Los enamorados no se sientan
en aquel banco junto al árbol.

Hoy son menos verdes sus hojas,
sus yemas menos nacientes,
sus raíces menos profundas.

Es de noche.
El árbol también sueña otro mañana.



Francisco Cenamor, Casa de aire, Amargord Ediciones, Madrid, 2009, página 67.

Vacío, Abel Murcia

sábado, 31 de octubre de 2009


VACÍO

El viento no recorre las paredes
aquí dentro, ni forma remolinos
en todos los rincones,
ni juega con las hojas de los árboles,
ni borra de la arena la espuma de las olas.
Aquí dentro la mesa está en su sitio,
el sofá en su lugar,
las sillas ordenadas,
formando en un desfile sin público ni orquesta.
Aquí dentro
a veces estoy yo, pero no ahora.
Tampoco estoy ahí fuera.
Si alguien me encuentra, sea donde sea,
que busque, por favor,
una oficina
de sujetos perdidos.



Abel Murcia, Kilómetro 43, Bartleby Editores, Madrid, 2008, página 40.

[Esta lenta grisura...], Tomás Segovia

jueves, 29 de octubre de 2009


Esta lenta grisura nos cuida bien el mundo
Suaviza sus aristas sus destellos sus choques
Lo vela dulcemente adormecido
En esa protegida lejanía
Por cuyas blandas playas imprecisas
Tan delicadamente el tiempo se desplaza

También puede un sopor salvarnos
Pues qué sería muchas veces
De nuestra inútil caza de la vida
Y su esfuerzo hecho añicos
Si no hubiera estas horas
Detrás de un gris dintel tan bajo
Que no puede colarse la violencia en ellas
Y la fragilidad del mundo queda a salvo.



Tomás Segovia, Aluvial (Poemas 2007-2008), Pre-Textos, Valencia, 2009, página 41.

La caza del carnero salvaje, Haruki Murakami

martes, 27 de octubre de 2009

Hay sueños simbólicos, y hay una realidad simbolizada por tales sueños. O bien, hay una realidad simbólica, y hay sueños simbolizados por tal realidad. El símbolo es lo que podría denominarse el alcalde honorario del universo de las lombrices. En el seno de este universo, no resulta asombroso el hecho de que una vaca ande buscando unas pinzas. Y es probable que, si las busca sin desfallecer, llegue a encontrarlas, más pronto o más tarde. Aunque éste es un problema que no me concierne.

Sin embargo, en el supuesto de que la vaca pretenda hacerse con las pinzas valiéndose de mí, la situación cambia radicalmente. Sucede entonces que me veo forzado a penetrar en un universo regido por una lógica que no tiene nada que ver con la que rige en el mío. Y una vez dentro de este universo de lógica tan diferente, lo más angustioso es que las conversaciones son diálogos inacabables e incongruentes. Le pregunto a la vaca: «¿Para qué quieres unas pinzas?» Y ella responde: «Porque no tengo nada que llevarme al estómago.» Le pregunto: «Si lo que tienes es hambre, ¿para qué necesitas unas pinzas?» Ella responde: «Para sujetar la rama de un melocotonero.» Le pregunto: «¿Por qué de un melocotonero?» Ella responde: «Oye, ¿acaso no te he dado mi ventilador?» Y así podríamos seguir por los siglos de los siglos. De modo que, mientras se desarrolla esta conversación insoportablemente absurda, la vaca empieza a parecerme odiosa, y yo le resulto cada vez más antipático. Así es el universo de las lombrices. Para escapar de él, no hay más camino que tener otro sueño simbólico.




Haruki Murakami, La caza del carnero salvaje, Anagrama, Barcelona, 2009, páginas 76-77.

Benjamin Biolay - La superbe (2009)

domingo, 25 de octubre de 2009

Cd 1

1. La superbe
2. 15 août
3. Padam
4. Miss Catastrophe
5. Ton héritage
6. Si tu suis mon regard
7. Night Shop
8. Tu es mon amour
9. Sans viser personne
10. La toxicomanie
11. Brandt Rhapsodie

Cd 2

1. L'espoir fait vivre
2. Prenons le large
3. Tout ça me tourmente
4. Assez parlé de moi
5. Buenos Aires
6. Raté
7. Lyon presqu'île
8. Mélancolique
9. Reviens mon amour
10. Jaloux de tout
11. 15 septembre
12. Les grands ensembles


Descarga:
Cd 1: http://lix.in/-68ca66
Cd 2: http://lix.in/-68cc1e

[Cae la tarde...], Tomás Segovia

viernes, 23 de octubre de 2009


Cae la tarde y los árboles están cansados
Siguen en pie pero ya no tan convencidos
Como cuando en el alba
La luz los rescató de la ceguera
Ahora ya no les importa tanto
Andar bien dibujados por el día
Nos hemos vuelto todos pensativos
Pero seguimos todos yo también como el resto
De las cosas del mundo vivos en la fatiga
La fatiga no anula ni desdice
Nunca ahogó la fatiga ninguna lealtad
Más bien la abraza siempre
Para seguir el viaje juntas
Y mientras va cayendo la renuente tarde
Los árboles cansados no han dejado un momento
De pensar en sus hojas lealmente.



Tomás Segovia, Aluvial (Poemas 2007-2008), Pre-Textos, Valencia, 2009, p. 21.

[Camino entre la espuma...], Agustín Fernández Mallo



Camino entre la espuma cristalizada de una civilización. Se secó mil quinientos años a.C. nadie sabe por qué. Y no veo rastro de grandes templos que reflejaran la amenaza de dioses, ni vestigios de ejércitos y esclavos; tampoco dibujos musculados, sino de trazo aristocrático. Knossos. Si por este agujero se coló en Occidente la primera cultura volcada en los sentidos, ¿qué queda hoy de todo aquello? ¿Dónde hallar la mirilla de este palacio, neocortex de Occidente? —alguien rastrea con videocámara; se confunde—. ¿Es el voyeur aquel atrofiado que no supo aprender de los sonidos? ¿Y qué nos contaría el opuesto, que puede escuchar lejanísimas voces? ¿Acaso que no fue Teseo quien desanduvo el hilo sino el Minotauro disfrazado de Teseo, y que por eso heredamos este mundo metastático e inverso? Pero corresponde a las ruinas interrogar, ya que son el argumento del tiempo. Llevé el oído al suelo; escuché un bisbibeo de hombres y mujeres. Ensimismados, como la luz bajo la lupa, decían que el tiempo cuando es Tiempo nunca escoge para viajar la línea recta, pero tampoco la curva; se anuda sobre cualquier objeto —una taza, una idea, un pigmento— y permanece.



Agustín Fernández Mallo, Creta Lateral Travelling, Sloper, Palma de Mallorca, 2008,páginas 18-19.

Imagen, Enric Sòria

lunes, 19 de octubre de 2009


IMAGEN

Botella abandonada.
Bajo la lluvia
receptáculo aún.

Imagen de poema
para ojos japoneses.




Enric Sòria, Andén de cercanías, Pre-Textos, Valencia, 1996, página 79.

Cabo Sounion, Luis García Montero

viernes, 16 de octubre de 2009


CABO SOUNION

Al pasar de los años,
¿qué sentiré leyendo estos poemas
de amor que ahora te escribo?
Me lo pregunto porque está desnuda
la historia de mi vida frente a mí,
en este amanecer de intimidad,
cuando la luz es inmediata y roja
y yo soy el que soy
y las palabras
conservan el calor del cuerpo que las dice.

Serán memoria y piel de mi presente
o sólo humillación, herida intacta.

Pero al correr del tiempo,
cuando dolor y dicha se agoten con nosotros,
quisiera que estos versos derrotados
tuviesen la emoción
y la tranquilidad de las ruinas clásicas.
Que la palabra siempre, sumergida en la hierba,
despunte con el cuerpo medio roto,
que el amor, como un friso desgastado,
conserve dignidad contra el azul del cielo
y que en el mármol frío de una pasión antigua
los viajeros románticos afirmen
el homenaje de su nombre,
al comprender la suerte tan frágil de vivir,
los ojos que acertaron a cruzarse
en la infinita soledad del tiempo.




Luis García Montero, Poemas, Visor, Madrid, 2008, pp. 255-256.

Fabián - Adiós, tormenta (2009)

lunes, 12 de octubre de 2009


01. Palabras raras
02. Horas de luz
03. La siesta de los perros
04. Pequeño decimal
05. Todo lo demás
06. Adiós, tormenta Pt2 (salí a volver)
07. Lugares
08. Atardeceres
09. Un pequeño pájaro que canta
10. No estás hecha para mí
11. Adiós, tormenta Pt1

Descarga (mp3):

[Te diriges al ángulo...], Andrés Neuman

domingo, 11 de octubre de 2009

Te diriges al ángulo
donde la bola negra ha detenido
su lomo frente al hueco,
a punto de caer.
El marfil guarda el luto de lo inmóvil,
su trozo más espeso.
Comprendes que las bolas
no son el instrumento, ni el taco, ni las mesas
ni tampoco esta luz que permite que juegues.
Eres tú el artificio,
el único que finge inteligencia
y decisiones propias
mientras siguen cumpliéndose los planes
ciegos e inapelables de la suerte.



Andrés Neuman, Década (Poesía 1997-2007), Acantilado, Barcelona, 2007, p. 195.

Injertos, Gonzalo Zona (y III)

viernes, 2 de octubre de 2009

La metamorfosis en los insectos implica una mejora indiscutible para la especie mutada. Ejemplo: la metamorfosis del gusano en mariposa. Clarividencia en Kafka: la cucaracha como mariposa del hombre.

*

Cuatrocientos millones de espermatozoides en competición y aun así existimos... Todos empezamos siendo el número uno, hasta el mendigo, el hambriento, el humillado y el paria. De ahí nuestra absoluta incapacidad para encajar ahora la rutina del pelotón.

*

La guerra es un programa de traducción del hombre en sangre.

*

Escribir un sistema filosófico en verso, improvisándolo sobre la marcha en función de la rima.

*

En el futuro inmediato, el alfabeto consistirá en un único rebuzno prolongado en fa sostenido.

*

El "etc." de los interminables listados, única prueba escrita fidedigna de la posibilidad de un más allá, de una vida eterna. Hasta los tratados de fe concluyen al cerrarse el libro.

*

X lee fascinado un grueso manual de Historia, como se lee una novela policial. Reconoce estar muy intrigado en cuanto a la identidad del asesino.

*

Empeñado en conservar al hombre a cualquier precio, incluso contra su voluntad:
"¿Filántropo?
-Taxidermista."

*

El conserje: "Dígame qué contiene su bolsa de basura y le diré quién trata de dejar de ser."

*

El antónimo de la palabra ser es un espacio en blanco. Cada cual lo rellena con el garabato que quiere, o con su autobiografía.

*

En la escuela nihilista se nos enseñaba la conjugación: "Yo no soy, tú no eres, él no es, nosotros no somos..."
Nunca aprendimos a conjugar el futuro.

*



Gonzalo Zona, Injertos, Devenir, Madrid, 2008.

[Entre cerezos...], Fujiwara no Teika

jueves, 1 de octubre de 2009


Entre cerezos
en flor y luz de luna,
se me va el tiempo.
Días y días,
______________años,
nieve sobre la nieve.

Fujiwara no Teika


Aurelio Asiain (ed.), Luna en la hierba, Hiperión, Madrid, 2007, página 81.

Injertos, Gonzalo Zona (II)

martes, 29 de septiembre de 2009

Consciente de ser claramente superior a los de su raza, aquel perro inteligente se puso a ladrar por escrito.

*

En la frialdad inhóspita de una habitación de hotel de la que me iré mañana y donde nada es mío, es donde mejor comprendo que los hombres estamos aquí de paso.

*

Imposible mantener una conversación sin que el otro nos interrumpa enseguida con un inevitable "Yo...", para darnos la réplica con su ejemplo. Es decir, a lo más que podemos aspirar en eso que llamamos "diálogo" es a un intercambio ególatra de ensoñaciones en voz alta.

*

No escuchar: como mucho oír; no mirar: como mucho ver; no ser: como mucho estar. Ir acostumbrándonos ya de sujetos a nuestra deshonrosa posteridad de objeto.

*

Sus libros, tan eruditos, plagados de referencias, no alcanzaban la calidad de una obra personal, íntima. Eran indecentes y alborotadas casas de citas.

*

Era, como toda la gente feliz, un enigma total para sí mismo.

*

En el rincón de Poesía de cualquier librería sólo pulula ese arrogante autor novel que descubre, rendido, cómo tampoco allí venden su libro.

*

Hitler (pintor) y Charles Manson (cantautor) fueron ante todo aspirantes a artistas con oportunidad de acceso a la venganza: nada es más peligroso que el ego de un creador herido -sea o no bueno, eso no importa aquí. Diagnosticado el vampirismo psíquico de Chaplin y Picasso en sus círculos más íntimos, nos alegramos profundamente de que se realizaran con su obra.

*

"¿Pero usted quién es?"
Y tras mucho pensarlo sólo pude facilitarles temblando mi nombre, mi edad, y mi DNI. (Les pareció suficiente.)

*

Me dijo sabiamente antes de que yo también le traicionara: "Podrás contar a tus verdaderos amigos con los dedos de un muñón."

*

Primer día en la Escuela Oficial de Idiomas:
"C'est bon, on va faire les présentations. Qui êtes-vous, et pourquoi êtes-vous ici?
-Escuche, lo ignoro en mi idioma, ¡no pretenderá que improvise virguerías ontológicas en gabacho!"

*

Se te reprocha haber cometido a lo largo de tu vida "demasiados errores estúpidos". Esto te duele profundamente. Es cierto que aspiras secretamente a convertirte en un especialista, a erigirte sin discusión alguna en el gurú del Error, pero, eso sí, siempre del error inteligente.

*

Colmo del taedium vitae: llevo la vida entera con sensación de déjà vu...

*

Acabar de una vez con la mala reputación de las tinieblas: sólo la luz tiene la culpa de los horrores que nuestra retina acumula, sólo ella se ha preocupado de ofrecernos íntegra la parafernalia escabrosa del detalle.

*

Esos momentos de hastío definitivo en que miramos el reloj y hasta parece que los segundos se empeñan en pasar más lentos, exigiéndonos su derecho a estirar su vida de segundo todo lo que el tiempo les permita...

*

¡Por suerte he alcanzado la Cima! ¡Qué insignificantes y viles me parecen los otros, allí abajo! Henchido de orgullo, levanto la tapadera de la alcantarilla, y huyo.

*

He logrado al fin abandonar la pintura, la escultura, todas mis vocaciones plásticas. Necesito ahora tener la fuerza suficiente para levantar esta pluma y dejar también de



Gonzalo Zona, Injertos, Devenir, Madrid, 2008.

[Tras la tormenta...], Juan Bonilla

lunes, 28 de septiembre de 2009

Tras la tormenta_____________________

el cielo a nuestros pies

_____________________en cualquier charco


Juan Bonilla, Defensa personal (Antología 1992-2006), Renacimiento, Sevilla, 2009, página 82.

[esta noche...], Akiko Yosano

domingo, 27 de septiembre de 2009

"esta noche
voy a dormir con Heine",
dice mi amiga
la noche del reencuentro
de las estrellas



Akiko Yosano, Poeta de la pasión, Hiperión, Madrid, 2007.

Injertos, Gonzalo Zona (I)

sábado, 26 de septiembre de 2009

En un documental sobre la vida animal: "La existencia del depredador depende en esencia de la existencia de su presa."
Al fin entiendo hasta qué punto Dios nos necesita para poder existir.

*

Todas las muertes le conmovían hasta la histeria o las lágrimas, excepto la suya, que le sumió en el silencio y la calma.

*

Le aconsejaron sabiamente no tener hijos: "La experiencia nos confirma que no merece demasiado la pena, hijo mío."

*

Hastiado, consultas tu agenda para recordar lo que tienes que hacer hoy. Apenas una obligación, pero aun así seguramente por encima de tus posibilidades: respirar.
...Para mañana no tienes nada escrito.

*

El viejo es un criminal condenado a muerte por haber abusado salvajemente del Tiempo.

*

Una lectura imprescindible no tiene necesariamente por qué ser una "gran lectura", más bien al contrario. Véase las instrucciones de un medicamento.

*

Escucho esta frase en la cola del supermercado: "Sí, me atendió el que no era Vicente."
Todavía me asombra el refinamiento del ser humano para anihilar al prójimo con métodos nuevos.

*

Estoy. Harto. De. Que. Nada. Fluya.

*

En el diccionario ilustrado, en la lámina dedicada a "Insectos", descubrimos abatidos una repugnante variedad de bichos a todo color: grillo, libélula, mosca, langosta, abejorro, cucaracha, escarabajo... Todos ellos aparecen en su estado larvario y adulto. La larva más desfavorecida, claramente tomada a la ligera por su demiurgo, es la de la mosca: apenas un gusano chafado, desvalido, sin la menor expectativa de felicidad.
Ignoraba que existiese algo más deprimente que ser mosca: ser proyecto de mosca.

*

Era un verdadero optimista: trataba de ver continuamente el lado positivo del suicidio.

*

Si descendemos del roedor, entonces lo más parecido a un ángel es el murciélago.

*

Jugar a ser. Toda una vida para aprender las reglas...

*

La vida humana es un silencio de Dios entre dos frases.

*

La buena noticia le hizo llorar de emoción. La mala noticia le hizo reír de espanto. Se daba cuenta de cómo un poquito de extremo nos transforma en irreconocibles malabaristas del alma.

*

No vivo: colecciono años, sumo y archivo despertares y almuerzos, como quien colecciona pegatinas y sellos sin saber para qué.

*

Si las plegarias fuesen encuestas a pie de calle, Dios NSNC ("No sabe no contesta")

*

La vida es ir asumiendo fechas de caducidad en las latas.

*

"Existe una distancia suficiente a partir de la cual te reconcilias con los hombres." Conmovedor testimonio del cosmonauta misántropo, recogido por control remoto desde la nebulosa de Andrómeda.

*

Arrastramos la sensación de ser imprescindibles para los demás como única forma para poder soportarnos, cuando secretamente sabemos que ni a nosotros mismos nos hacemos falta.



Gonzalo Zona, Injertos, Devenir, Madrid, 2008.

Entre la noche y el alba, Hugo Mujica

martes, 22 de septiembre de 2009


ENTRE LA NOCHE Y EL ALBA

Entre el tejado y el cielo

hay un vacío de
pájaros

______una nostalgia de lluvias.

Entre la noche y
el alba

la cita imposible de cada vida:
_________________la ausencia que el alma abraza.



Hugo Mujica, Casi en silencio, Pre-Textos, Valencia, 2004, página 40.

El comienzo del álbum

lunes, 21 de septiembre de 2009

A Sabela,
el poema que un día prometí.

EL COMIENZO DEL ÁLBUM

Eran aquellas tardes marcadas por el bádminton,
cuando todo era tan ligero
como la pluma que rasgaba el cielo limpio.
Las cuerdas solamente estrangulaban
a un árbol y una farola
simulando una red,
y los únicos golpes que resonaban
eran los de la huidiza pelota de ping-pong
que prefería el suelo y las esquinas
al resto del tablero.
Siempre el viejo radiocasette,
A Rush Of Blood To The Head inundaba el aire,
entonces Coldplay era también otra cosa.

Era aquel bol de palomitas
delante de una peli o del ordenador,
la expedición de salir
a buscar el chocolate a la despensa,
el baile de la silla
con las canciones que se prestaban
a sus singulares coreografías
-como aquella de Oasis-.
Eran las partidas al Trivial en la cocina,
con su reloj de pared siempre adelantado,
augurando verdades en sus manecillas.

Eran aquellos juegos a detectives
-incluyendo el diseño del membrete
y falsas e imposibles biografías-,
los paseos a lo largo del jardín
cuando el sol lamía los árboles
despidiendo la jornada,
y el aire tomaba una huella
de suave y despreocupado olor
a hierba húmeda, que sutilmente arrancaba
las palabras que suelen pudrirse bajo la tierra.
Eran las estrellas
que susurraban una esperanza en su reflejo.

Todo eso fue y se perdió
en los inhóspitos dominios del tiempo,
dejando como único y preciado legado
una imborrable sucesión
de daguerrotipos en la memoria.

Pero nunca será tarde
para seguir coleccionando
futuros recuerdos que compartir,
ya sea alrededor del pájaro y la rana
que decoran el bosque de la galería,
entre torpes cuadros de caza
que se ocultan en el hogar naciente,
o en cualquier otro e imposible lugar del mundo.

[Rasgó el silencio...], Yosa Buson

sábado, 19 de septiembre de 2009


Rasgó el silencio una piedra
¿Dónde?
Frondosa arboleda




Yosa Buson, Selección de jaikus, Hiperión, Madrid, 2005, página 66.

Sin meta, Alejandro Jodorowsky

martes, 15 de septiembre de 2009


SIN META

Del sueño al sueño,
aire, carne, piedra, forma
donde se embosca el sufrimiento,
cenizas, polvo, sombra,
latiendo sin saber qué corazón,
cada grito es un cometa,
cada palabra
un espadazo en el vacío,
sonidos
como joyas de agua
en una lengua seca,
deseos de alcanzar otro mundo,
unirme a las capas invisibles,
al ulular sin boca de la Araña
a la fuerza que se teje a ella misma.
Bajo un vuelo de ángeles dementes
devoro la última escalera




Alejandro Jodorowsky, Pasos en el vacío, Visor, Madrid, 2009, página 27.

Exit, Francisco Ruiz Noguera

lunes, 14 de septiembre de 2009


EXIT

Buscan los ojos
en medio del vacío:

¿hay un camino al fondo
de esta llanura, en desnudez completa,
poblada de espejismos?

Cada oasis, el triunfo de una sombra;
y cada manantial,
un puñado de arena
tan leve como el humo.

Se adivina cercana, sin embargo,
con perfil verdadero, la única salida:
un punto que limita con la nada.



Francisco Ruiz Noguera, Arquitectura efímera, Visor, Madrid, 2008, página 59.

[Es este mundo...], Minamoto no Sanetomo

jueves, 10 de septiembre de 2009


Es este mundo
lo mismo que una sombra
en el espejo,
que no está donde está
ni ahí deja de estar.

Minamoto no Sanetomo




Aurelio Asiain (ed.), Luna en la hierba, Hiperión, Madrid, 2007, página 73.

[Desde la M-30...], Julen Carreño

miércoles, 9 de septiembre de 2009


"Si un árbol cae en el bosque
y nadie lo escucha, ¿hace ruido?"


Koan popular chino


Desde la M-30 hasta Bilbao, vengo
dándole vueltas a un poema
y el muy c... me ha asaltado conduciendo.

Cuando llegue a la próxima área
de descanso
sus versos se habrán volatilizado.

Y aunque una vez incluso llegué a recitármelo
en alta voz, es curioso,

____________________nunca habrá existido.


Julen Carreño, La inquietud de las estatuas, Hiperión, Madrid, 2007, página 43.

La tiza y el relámpago, Julio Rodríguez

martes, 8 de septiembre de 2009


LA TIZA Y EL RELÁMPAGO

Primero el aire; luego la profunda
cicatriz en la tierra, el subterráneo
bostezo de la nada, la madera
alrededor del aire. Mientras tanto
la tiza y el relámpago, destellos
de blanca incertidumbre
posándose fugaces
sobre el duro colchón de cada día.

Primero el aire; el mismo
aire después de todo.



Julio Rodríguez, Naranjas cada vez que te levantas, Visor, Madrid, 2008.

[Cambia el color...], Fun'ya no Yasuhide

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cambia el color
de la hierba y los árboles,
pero la flor
de las olas del mar
no conoce el otoño.


Fun'ya no Yasuhide


Aurelio Asiain (ed.), Luna en la hierba, Hiperión, Madrid, 2007, página 29.

Maldición, Nacho Vegas

Septiembre, María Rosa Vicente Olivas

martes, 1 de septiembre de 2009


SEPTIEMBRE

Abrir un agujero
y que la herida sangre su caudal de vacío.

Beber la amarga hiel de unas palabras.

Que lo que asola un corazón no sea
razón de su final.

Que un sitio quede
para encender la luz.






María Rosa Vicente Olivas, En terreno de nadie, Pre-Textos, Valencia, 2009, página 26.

Naranjo en Carabanchel, Christian Law Palacín

domingo, 30 de agosto de 2009


NARANJO EN CARABANCHEL

Crecido en la rudeza de un barrio periférico,
a su espalda un grafiti
con las tildes de oro
ejerce de horizonte de febrero.
____________________________Diría
que sus ramas se buscan perfumadas
en la altura del aire.
Que sus horas inciertas,
expuestas a una doble
ira, municipal y adolescente,
despliegan entereza en equilibrio.
Que todo empieza a resultarle ajeno
salvo el gorrión
y el agua.



Christian Law Palacín, Algo menor que el corzo, Pre-Textos, Valencia, 2009, página 16.

El héroe, Julio Cortázar

miércoles, 26 de agosto de 2009


EL HÉROE

Con los ojos muy abiertos,
el corazón entre las manos
y los bolsillos llenos de palomas
mira el fondo del tiempo.

Ve su propio deseo, luces altas,
guirnaldas, flechas verdes, torres
de donde caen cabelleras
y nacen las espléndidas batallas.

Corre, el fervor lo embiste,
es su antorcha y su propio palafrén,
busca la entrada a la ciudad,
enarbola el futuro, clama como los vientos

Todo está ahí, la calle abierta
y a la distancia el espejeo,
la inexplicable cercanía de lo que no alcanza
y cree alcanzar, y corre.

No es necesario un tropezón ni una estocada
los cuerpos caen por su propio peso,
los ojos reconocen un momento
la verdad de la sombra.

Todavía se yergue,
todavía en su puño late el halcón de acero.
En las piedras rebota la clamante pregunta
del hombre por fin solo a la llegada.

Después es titubeo,
sospecha de que el fin no es el comienzo;
y al fondo de la calle
que parecía tan hermosa
no hay más que un árbol seco
un abanico roto.



Julio Cortázar, Salvo el crepúsculo, Alfaguara, 2009, páginas 29-30.

El ring, María Rosa Vicente Olivas

martes, 25 de agosto de 2009


EL RING

Cuando no han de llegar tiempos mejores
asusta comprender cómo los días
se acortan y contienen
en su raíz el germen del final,
los límites del ring
donde pelean
dos edades distintas que se ignoran.

Porque se vive a oscuras,
no se puede comprar un paraíso
con un acto de fe,
ni fingir un mañana, sino darse
cuenta de los momentos que aún ofrecen
razones para estar en esta lucha
que se sabe perdida de antemano.





María Rosa Vicente Olivas, En terreno de nadie, Pre-Textos, Valencia, 2009, p. 9.

El filo, Francisco Ruiz Noguera

miércoles, 19 de agosto de 2009


EL FILO

Después de esta frontera,
el reino de la nada,

¿o el reino de la luz
y el imperio de todo?

Éste es el territorio
que linda con la sombra,
¿o con la luz limita y con el todo?

El lugar sin excusas
en donde la palabra
vale lo que una gota
de agua en el desierto.

Lugar xyz:
el fin de la escalera:

acomoda tus pies
para la ligereza
del último peldaño.





Francisco Ruiz Noguera, Arquitectura efímera, Visor, 2008, página 51.