Naranjo en Carabanchel, Christian Law Palacín

domingo, 30 de agosto de 2009


NARANJO EN CARABANCHEL

Crecido en la rudeza de un barrio periférico,
a su espalda un grafiti
con las tildes de oro
ejerce de horizonte de febrero.
____________________________Diría
que sus ramas se buscan perfumadas
en la altura del aire.
Que sus horas inciertas,
expuestas a una doble
ira, municipal y adolescente,
despliegan entereza en equilibrio.
Que todo empieza a resultarle ajeno
salvo el gorrión
y el agua.



Christian Law Palacín, Algo menor que el corzo, Pre-Textos, Valencia, 2009, página 16.

El héroe, Julio Cortázar

miércoles, 26 de agosto de 2009


EL HÉROE

Con los ojos muy abiertos,
el corazón entre las manos
y los bolsillos llenos de palomas
mira el fondo del tiempo.

Ve su propio deseo, luces altas,
guirnaldas, flechas verdes, torres
de donde caen cabelleras
y nacen las espléndidas batallas.

Corre, el fervor lo embiste,
es su antorcha y su propio palafrén,
busca la entrada a la ciudad,
enarbola el futuro, clama como los vientos

Todo está ahí, la calle abierta
y a la distancia el espejeo,
la inexplicable cercanía de lo que no alcanza
y cree alcanzar, y corre.

No es necesario un tropezón ni una estocada
los cuerpos caen por su propio peso,
los ojos reconocen un momento
la verdad de la sombra.

Todavía se yergue,
todavía en su puño late el halcón de acero.
En las piedras rebota la clamante pregunta
del hombre por fin solo a la llegada.

Después es titubeo,
sospecha de que el fin no es el comienzo;
y al fondo de la calle
que parecía tan hermosa
no hay más que un árbol seco
un abanico roto.



Julio Cortázar, Salvo el crepúsculo, Alfaguara, 2009, páginas 29-30.

El ring, María Rosa Vicente Olivas

martes, 25 de agosto de 2009


EL RING

Cuando no han de llegar tiempos mejores
asusta comprender cómo los días
se acortan y contienen
en su raíz el germen del final,
los límites del ring
donde pelean
dos edades distintas que se ignoran.

Porque se vive a oscuras,
no se puede comprar un paraíso
con un acto de fe,
ni fingir un mañana, sino darse
cuenta de los momentos que aún ofrecen
razones para estar en esta lucha
que se sabe perdida de antemano.





María Rosa Vicente Olivas, En terreno de nadie, Pre-Textos, Valencia, 2009, p. 9.

El filo, Francisco Ruiz Noguera

miércoles, 19 de agosto de 2009


EL FILO

Después de esta frontera,
el reino de la nada,

¿o el reino de la luz
y el imperio de todo?

Éste es el territorio
que linda con la sombra,
¿o con la luz limita y con el todo?

El lugar sin excusas
en donde la palabra
vale lo que una gota
de agua en el desierto.

Lugar xyz:
el fin de la escalera:

acomoda tus pies
para la ligereza
del último peldaño.





Francisco Ruiz Noguera, Arquitectura efímera, Visor, 2008, página 51.

Caja de música, Daniel Rodríguez Moya

lunes, 17 de agosto de 2009


CAJA DE MÚSICA

Una caja de música
encierra una intención y una disculpa.
Es la voz sin cadencia

de una conversación que ya se tuvo,

un final ensayado.


Y aquí está en un cajón,

como esperando el aire de otro invierno,
aquella irrespirable libertad

_________de metálicas notas.

Una caja de música

encierra una espiral y un corazón.

Es un soplo de viento,

un soldado dormido en la línea de fuego,

________________________
un reloj atrasado.




Daniel Rodríguez Moya, Cambio de planes, Visor, Madrid, 2008, página 31.

El sueño verdadero, Vicente Gallego

viernes, 14 de agosto de 2009


EL SUEÑO VERDADERO

En el cenit del día
un derrumbe se escucha silencioso:
es el ínfimo estruendo
de la nube que quiebra su lograda figura
para ser de sí misma sólo un eco en lo alto.
Todo está en su solsticio,
en su plena apariencia mientras el sol lo abrasa.
Y a la herida del hombre su latido le presta
el frágil corazón de la que cree su hora
en la burla del tiempo.

Todo vive muriendo y, sin embargo,
qué arraigado saberse cierto y hondo
en la misma raíz del desarraigo,
qué morada a cubierto en la brusca intemperie,
qué verdad este sueño
cristalino de agosto.



Vicente Gallego, Santa Deriva, Visor, Madrid, 2002, p. 18.

Frases de Nacho Vegas

miércoles, 12 de agosto de 2009
De Actos inexplicables (2001)


Este suelo es mi lecho, y mi techo es el cielo gris que aún pretende oscurecer. (El camino)

Las buenas cosas mueren bajo el sol. (El ángel Simón)

No hay nada nuevo bajo el sol, no pretendas más que recordar. (El camino)

Probaré a ser otra persona, probaré a morir un poco y volveré. (Seronda)

Y miro hacia aquellos días y no consigo rescatar nada que me haga volver, y es odioso rebuscar entre el centeno. (El callejón)

Y no olvides que al despertar siempre hay cuchillos en el cajón. (Blanca)

Y otra noche más tú querrás soñar, pero la más pura soledad no se cura con champán y cocaína. (Que te vaya bien, Miss Carrusel)

Ya no sé si merecerá la pena partir hacia otro lugar, ya no sé si con esta lluvia eterna no me habré acostumbrado a la humedad. (Seronda)



De Seis canciones desde el norte (2001)


Nadie te avisó jamás de lo dura que puede ser la verdad. (Baby Cat Face)

Uno ya no está en edad de volar. No, ya no tengo edad para volar y ahora no siento nada. (Noches de verano en la casa gris)


De Miedo al zumbido de los mosquitos (2002)


Desde que ella se marchó allí siempre es invierno. (Añada de Ana la friolera)

Sin ti está mal hecho el mundo. (Brujita)



De Cajas de música difíciles de parar (2003)


Así nuestros pulmones se anegan en un sueño que envenena y que sana. (Noches árticas)

Cuando hayas acabado, no habrás hecho más que empezar. (Todos ellos)

Esta vida iba a ser otra y algo salió mal. (Por culpa de la humedad)

Lejos del hogar, ¿quién se atreverá a hablar de mí mientras yo me canso de esperar la copa que jamás me es servida? (La sed)

Nadie llega tan lejos si no es para seguir. (Monomanía)

Necesito estar en movimiento, ahora que te vuelvo a ver lejos de mí. (Monomanía)

No puedes seguir siempre siendo sólo viento. (Sólo viento)

Sé que puedo encontrar paz y armonía, pero no será, no, en esta vida. (Sólo viento)

Sentado aquí, perdido en mi vida. Sentado aquí y aún huyéndome. (El mundo en calma)

Una cosa na vida ten por segura, ten por segura: al final sólo hai soledá y amargura. (La canción de la duermevela)

Y ahora alcanzo a comprender la tristeza de saber que hay más estrellas en el firmamento y verlas pasar, pasar como el viento. (Sólo viento)

Y si viviera una vez más, ¿me volvería a equivocar otra vez? Sí, no te quepa duda, no, hasta la locura y hasta el dolor. (Gang-Bang)

Y yo me veo casi igual que ahora, que no tengo nada, salvo la certeza del dolor. (Monomanía)



De Canciones desde palacio (2003)


Conozco mi suerte demasiado bien. (La canción de Isabel)

En parte fue mi culpa y en parte fue su forma de mirar. (En la ardiente oscuridad)

Nadie va a mirar por mí esta vez ,cuando el alma se me caiga a los pies. (N.V. contra la industria del disco)

Y tuve que entender que aún hay otra luz que queda cuando en mí se pone el sol. (En la ardiente oscuridad)



De El hombre que casi conoció a Michi Panero (2005)


Fracasé una vez, fracasé diez mil y aún así alzo mi copa hacia el cielo. (El hombre que casi conoció a Michi Panero)

¡Largo ya de aquí! ¿Qué queréis de mí, es mi alma o es mi dinero, si de uno carezco y la otra es una anomalía en esta vida? (El hombre que casi conoció a Michi Panero)

No es fácil coger la mano de alguien que quiere alcanzar el cielo. (Canción del extranjero)



De Desaparezca aquí (2005)


Como buen occidental, sé nadar igual que un pez, un pez en un mar de mediocridad. (Nuevos planes, idénticas estrategias)

Con lo que hay dentro de ti, no estará nada mal si mañana estás aquí. (Nuevos planes, idénticas estrategias)

Déjame que decida que la vida fue el único error; déjame a mi suerte, que no hay muerte si no hay también perfección. (La noche más larga del año)

Lo que en realidad viene a ser lo mismo, lo que por crueldad ahora viene a dar igual. (Ocho y medio)

O puede que sea hora de entrar ya en razón y llegar a comprender que dentro de este horror no hay literatura. (Ocho y medio)

¿Qué se hace para amar lo que quise despreciar ya una y mil veces? (Ocho y medio)

Reescribiendo la espiral de prometer hacerlo bien, de cometer un nuevo error, de no saber pedir perdón o pedirlo demasiadas veces. (Ocho y medio)

¿Soy yo el que no ve o es que todavía no se hizo la luz? (Ocho y medio)

Tracé un ambicioso plan, consistía en sobrevivir. (Nuevos planes, idénticas estrategias)

Trato de encontrar una salida, pero no recuerdo ni por dónde hemos entrado aquí. (Ocho y medio)

Y sé que no querrás volver a confiar en mí; ya nadie confía en la energía nuclear después de lo de Chernobyl. (Nuevos planes, idénticas estrategias)



De El tiempo de las cerezas (2006)


Doy una fiesta a la que asistirá toda la gente a la que he amado, pero llego y no veo a nadie, llego y huele a azufre el aire. (Serie negra)

Entre el dolor y la nada elegí el dolor. (La pena o la nada)

Gente nace y gente muere cada día, los demás nos limitamos a estorbar y jugamos a secretos y mentiras. (Secretos y mentiras)

Jamás te recuerdo porque nunca te olvido. (El rumbo de tus sueños)

La vida es parte buscar placer y parte hallar dolor. (La pena o la nada)

Mi alma se volvió ancla, te oí, cansada de naufragar. (La pena o la nada)

Sé que tiempos más duros aún están por venir, que algunos días de mayo son más lluviosos que los de abril. (La pena o la nada)

Taché los días de calendario en los que nos hicimos daño, y quedaron tres. (Va a empezar a llover)



De Verano fatal (2007)


Hacer siempre lo incorrecto es una forma de acertar. (Verano fatal)



De El manifiesto desastre (2008)


Cuando no tengas nada que hacer y yo pase por tu cabeza, nadie podrá oírte así que piensa en mí como si me quisieras. (Dry Martini S.A.)

Da igual que llegues tarde porque nadie espera por ti. (Mondúber)

El destino es el único accidente posible. (Lole y Bolan)

Hablo solo, bebo té, tomo notas para hacer de mi vida sin ti algo habitable. (Dry Martini S.A.)

Lo único cierto es que lo hecho, hecho está. (Un desastre manifiesto)

Me mudaré a otro sitio, me iré de esta ciudad, pero ahora es de mí mismo de donde me quiero escapar. (Crujidos)

Pero si hay algo que es cierto es que te quiero un mundo entero con su belleza y su fealdad. (Morir o matar)

Pierdo un vuelo, pierdo un tren, pierdo los papeles, y por ti perderé la cabeza poco a poco. (Dry Martini S.A.)

Que es diciembre y no abril el mes más cruel, quién se lo iba a negar. (El tercer día)

Quererte es intentar atrapar con las manos el aire, […] quererte es como obrar un milagro. (Dry Martini S.A.)

Y me pregunto: ¿esto será lo más profundo que te voy a conocer jamás? (Dry Martini S.A.)

Y tus párpados cayendo se me antojan guillotinas. (Morir o matar)



De El género bobo (2009)


Ahora siempre tu tren te espera en el andén; llegas lo pierdes, y te pierdes una vez, y otra vez, y otra vez, y una nueva vez. (Pesadilla genérica)

Al final, te estaré esperando, allí donde acaba este trago amargo. Al final te estaré esperando y me dirás si me he perdido algo. (Al final te estaré esperando)

Cuando me quiero explicar las palabras se esconden en no sé qué sitio, y entonces te escucho igual que el que escucha de lejos el trafico de su ciudad. (Las inmensas preguntas)

Miles de sabios antes lo han dicho y otros lo repetirán: “Hay un deseo que todos tenemos: Sentirnos amados y amar”. (Penúltimo anhelo)

Si hay un final, aguardaré y una vez allí volveré a esperar. (Al final te estaré esperando)

Y aunque estés algo triste al principio yo velaré por ti desde el final. (Al final te estaré esperando)

Ya viví, sufrí y ame, y todo ¿para qué? (Las inmensas preguntas)



De La zona sucia (2011)


Ahora el único silencio es el que me procuran ciertas drogas. (Reloj sin manecillas)

¿Cómo no vas a cansarte si de miércoles a martes ya estoy harto yo de mí? (Cuando te canses de mí)

Como un mar me presenté ante ti, en parte agua y en parte sal. (La gran broma final)

Cuando sabes que algo puede ir mal estallará delante de ti. (La gran broma final)

Dices que hay ciertas conversaciones que prefieres no tener jamás. Bien, por mí perfecto, han sido años de hacerme el loco y de callar. (Cosas que no hay que contar)

Dime, pues, dónde estabas tú cuando como si fuera un espejo se quebró mi sueño, y cada trozo te reflejaba a ti. (Perplejidad)

Dime, pues, dónde estabas tú cuando vi a lo lejos una humareda, como si estuviera ardiendo nuestro amor en algún lugar. (Perplejidad)

Donde hay cenizas hubo un fuego, yo mataría por volver a arder. (Cosas que no hay que contar)

Dura dos años ya este invierno. (Perplejidad)

Es la semana grande de la crueldad, y en nuestro honor celebran una fiesta. (La gran broma final)

Es muy triste no saber gran cosa de la propia vida hasta que ya es muy tarde y no vale la pena todo el esfuerzo por callar. (Cosas que no hay que contar)

Hay quien decía que era grande y fuerte nuestro amor. Y lo era, igual que las Torres Gemelas, allá en Nueva York. (La gran broma final)

Hoy soñé que te tenía otra vez entre mis brazos, de saber que no era más que un sueño no me habría despertado. (Taberneros)

He ido ocupando su sitio, como un silencio su ejército. (Incendios)

Lo que no se puede desunir es lo que nos habrá de separar. (La gran broma final)

Me enfrento a un nuevo desatino, como siempre culparé al destino, porque de otro modo, dime, cómo sino lo podría afrontar. (Perplejidad)

Percibiendo en cada cosa esta misma soledad, que ahora me inunda y que me empuja a recordar hubo otro tiempo, uno mejor. (La comedia humana)

Quisiera y no quisiera, son dos cosas diferentes: quisiera que me quisieras, y yo no quisiera quererte. (Taberneros)

Seré la esfera de un reloj que no tiene agujas. (Reloj sin manecillas)

Si dices "dame tu corazón", me lo arranco y te lo doy. Pero yo digo, amor, "quédate" y tú me respondes "me voy". (Taberneros)

Todo cambia, pero al tiempo sé que todo sigue igual: la misma gente asustada es la que te querrá asustar. (La comedia humana)

Yo creí que nuestro amor era infinito como la arena, ahora sé que lo único inagotable es esta insoportable pena. (Taberneros)

Yo trato de matar el tiempo, y entre tanto lo que el tiempo intentará es matarme a mí. (Cuando te canses de mí)

Y avanzamos en la niebla persiguiendo un nuevo 'no' que consiga distraernos de algo que tiene un sabor como a metálico. (La comedia humana)

Y dónde estabas tú cuando grité mis secretos en el bosque, y nadie respondió, y así volvieron a mí. (Perplejidad)

Y enfocaré mi mente en ti y en lo que nos costará reconstruir hermosas catedrales: de nuevo la realidad se volverá perplejidad. (Perplejidad)



Otras


Donde el silencio se puede tocar y morder. (Marquesita)

Y en su negrura esta noche fatal es perfecta igual que un acorde mayor. (Marquesita)

Consolation prize, Sharon Van Etten [fragmento]

lunes, 10 de agosto de 2009

La voyeur, Inmaculada Moreno

viernes, 7 de agosto de 2009


LA VOYEUR

Dejas pasar el tiempo. Algo podría...
Mas todo se desliza y se parece
a una película muy vieja
cuyo asunto olvidaste
y en la que reconoces las hazañas
cuando ya han ocurrido.
Y es otra la que espera, otra quien siente,
otra la que se asombra y la que actúa,
a otra es a quien mueven las palabras,
alguien que tú inventaste y no fue nunca.
Pasar, vivir, soñar, tal vez leer...

Porque los días son los que suceden
y tú eres quien observa.




Inmaculada Moreno, Igual que lava oscura, Renacimiento, Sevilla, 2008, p. 19.

El oro de los días, Daniel Rodríguez Moya

jueves, 6 de agosto de 2009


EL ORO DE LOS DÍAS

El oro de los días se ha desvanecido.
George Trakl


Pasa otro día que es una pendiente.
Y quién de los que estamos
aquí como escuchando el aire y su sentencia,
como mirando el tiempo
que gasta un autobús
en cruzar la ciudad y regresar,
se siente con la fuerza
para vencer al tedio.

Abrazamos el oro de los días
y nada vale más que las conversaciones
o ese hueco de tiempo que se queda,
que obliga a retrasar todas las frases
e impone en cada labio
un temor a que todo se convierta en silencio.




Daniel Rodríguez Moya, Cambio de planes, Visor, Madrid, 2008, página 18.

Noche, Raymond Queneau

domingo, 2 de agosto de 2009

NOCHE

Noche: dos sílabas
Muros: cerrados como hexágonos
Noche: dos sílabas
Otoño: exhaustas y hartas de esperar
en un corazón demasiado dulce las abejas...
Noche: serpiente hueca con anillos irisados
los dioses se entrelazan para hacer bailar los arcos
de cartas olvidadas entre muy muelles mudas palabras

La noche se incendia y asesina al mundo
la noche se incendia y transforma el mundo
La noche se incendia y el mundo se precipita

Todo parece desvanecerse incluso las ágiles montañas
Noche



Raymond Queneau, El instante fatal, Visor, Madrid, 2009, página 61.