Dos imanes guardados en distinta caja, David Eloy Rodríguez

viernes, 29 de octubre de 2010

DOS IMANES GUARDADOS EN DISTINTA CAJA

Como los perros se asustan de los fuegos artificiales,
deslumbrados, sin entender su lenguaje,
así escaparon ellos del amor.
Ahora viven en dos ciudades distintas
separadas por trenes, y esperan,
cada tarde, el lento correo de la lluvia.




David Eloy Rodríguez, Para nombrar una ciudad, Renacimiento, Sevilla, 2010.

El violinista azul, José Ángel García Caballero

martes, 26 de octubre de 2010
El violinista azul, Marc Chagall


EL VIOLINISTA AZUL
MARC CHAGALL
A Elena Escribano

No subo a los tejados
para esconder mi música,
ni para ver de cerca
el vuelo de los pájaros,
ni salpicar al viento
con un roce de mano.

No escapo de las calles,
ni de la madreselva
extraña y repentina
que surge entre los muros
algunas raras veces
después de haber llovido.

No me acerco a la luna para invocar promesas,
ni acompasar mis notas con un sueño lejano,
no pretendo el azul que nombra mis recuerdos,
ni este nítido polen que añoro en mi rutina.

Sólo soy alguien que busca
en su cadencia triste
la tierna imagen leve de aquello que ha dejado:
un parque, una almadraba,
una efigie de sal
fugaz, descolorida.

Porque existen palabras
que adquieren el sentido
en su desuso, acordes
que sólo son canción
en su abandono, como también esta ciudad
que sólo se vislumbra en su distancia, esquiva
a cualquier aire o dedo
que pueda deshacerla.


José Ángel García Caballero, Llaves olvidadas, Renacimiento, Sevilla, 2010, pp. 46-7.

[sólo rocío...], Kobayashi Issa

jueves, 7 de octubre de 2010



sólo rocío
es el mundo, rocío,
y sin embargo...


Kobayashi Issa




José María Bermejo (ed.), Instantes. Nueva antología del haiku japonés, Hiperión, Madrid, 2009, p. 154.

La ansiedad infinita, Julio Martínez Mesanza

martes, 5 de octubre de 2010
LA ANSIEDAD INFINITA

Duerme siempre en un carro de combate.
Su sueño es agitado, como todo
sueño en las cuadras. Duerme siempre armado
y le despiertan los caballos. Duerme
un corto sueño y otro corto sueño
y en sus sueños se adentra por los bosques
y por los rojos mares del combate.




Julio Martínez Mesanza, Soy en mayo [Antología 1982-2006], Renacimiento, Sevilla, 2007, p. 118.