Bajo mis manos, Leonard Cohen

jueves, 30 de agosto de 2012
Las manos, Edvard Munch

BAJO MIS MANOS

Bajo mis manos
tus pequeños senos
son los vientres vueltos
de gorriones caídos y suspirantes.

Cuando te mueves
oigo los sonidos de alas cerrándose
de alas cayendo.

Estoy mudo
porque has caído junto a mí
porque tus pestañas
son la columna de diminutos y frágiles animales.

Temo el momento
en que tu boca
empiece a llamarme cazador.

Cuando me pides que me acerque
para decirme
que tu cuerpo no es hermoso
quisiera convocar
los ojos y ocultas bocas
de piedra, luz y agua
para que atestiguaran en tu contra.

Quisiera
que rindieran ante ti
la temblorosa rima de tu rostro
de sus profundos cofres.

Cuando me pides que me acerque
para decirme
que tu cuerpo no es hermoso
quisiera que mi cuerpo y mis manos
fueran charcas
para que te miraras y rieras.



Leonard Cohen, A mil besos de pronfundidad. Canciones y poemas (1956-1978), Visor, Madrid, 2012, pp. 26-27. Traducción de Alberto Manzano.

[La sombra de un sueño], William Shakespeare

miércoles, 29 de agosto de 2012
Los restos de la sombra, René Magritte


   HAMLET.- Dinamarca es una cárcel.
   ROSENCRANTZ.- En tal caso, también lo será el mundo.
   HAMLET.- Sí, una soberbia cárcel, en la que hay muchas celdas, calabozos y mazmorras, y Dinamarca es una de las peores.
   ROSENCRANTZ.- No somos de esa opinión, señor.
   HAMLET.- Pues entonces no será para vosotros. Porque nada hay bueno ni malo si el pensamiento no lo hace tal. Para mí es una cárcel.
   ROSENCRANTZ.- Pues entonces será que vuestra ambición os la presenta como una cárcel. Es demasiado reducida para vuestro espíritu.
   HAMLET.- ¡Dios mío! Podría estar yo encerrado en una cáscara de nuez, y me tendría por rey del espacio infinito, si no fuera por los malos sueños que tengo.
   GUILDENSTERN.- Sueños que, en realidad, no son más que ambición, puesto que el objeto mismo del ambicioso es puramente la sombra de un sueño.
   HAMLET.- Un sueño no es en sí más que una sombra.



William Shakespeare, Hamlet, Alianza, Madrid, 2001, pp. 85-87.

Convalecencia, Juan Ramón Jiménez

lunes, 27 de agosto de 2012
 Tarde en el cabo Cod, Edward Hopper

CONVALECENCIA

Sólo tú me acompañas, sol amigo.
Como un perro de luz, lames mi lecho blanco;
y yo pierdo mi mano por tu pelo de oro,
caída de cansancio.

¡Qué de cosas que fueron
se van... más lejos todavía!
                                          Callo
y sonrío, igual que un niño,
dejándome lamer de ti, sol manso.

... De pronto, sol, te yergues,
fiel guardián de mi fracaso
y, en una algarabía ardiente y loca,
ladras a los fantasmas vanos
que, mudas sombras, me amenazan
desde el desierto del ocaso.


Juan Ramón Jiménez, Antología poética, Cátedra, Madrid, 2010, p. 251.

[Imaginación], Friedrich Nietzsche

sábado, 25 de agosto de 2012
El hijo del hombre, René Magritte


Lo nuevo encuentra hostiles y mal dispuestos también a nuestros sentidos; y, en general, ya en los procesos “más simples” de la sensualidad dominan afectos tales como temor, amor, odio, incluidos los afectos pasivos de la pereza. — Así como hoy un lector no lee en su totalidad cada una de las palabras (y mucho menos cada una de las sílabas) de una página (...), así tampoco nosotros vemos un árbol de manera rigurosa y total en lo que respecta a sus hojas, ramas, color, figura; nos resulta mucho más fácil fantasear una aproximación de árbol. Continuamos actuando así aun en medio de las vivencias más extrañas: la parte mayor de la vivencia nos la imaginamos con la fantasía, y resulta difícil forzarnos a no contemplar cualquier proceso como “inventores”. (...) En el curso de una conversación animada yo veo a menudo ante mí de un modo tan claro y preciso el rostro de la persona con quien hablo, según el pensamiento que ella expresa, o que yo creo haber suscitado en ella, que ese grado de claridad supera con mucho la fuerza de mi capacidad visual: — la finura del juego muscular y de la expresión de los ojos tiene que haber sido añadida, por lo tanto, por mi imaginación. Probablemente la persona tenía un rostro completamente distinto o, incluso, no tenía ninguno.


Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal, Alianza, Madrid, 2009, pp. 132-133.

Soledad, Rafael Morales

jueves, 23 de agosto de 2012
Diciembre, Gloucester, Paul Cornoyer

SOLEDAD

La soledad
es una larga calle de diciembre,
es pronunciar tu nombre
cuando tú no me oyes,
la noche en las estancias
que abandonas,
el mundo desolado
cuando cierras los ojos
y me quedo sin patria.



Rafael Morales, Obra poética completa, Calambur, Madrid, 1999, p. 281.

[Las bolas del juego], Louis-Ferdinand Céline

martes, 21 de agosto de 2012
Café de noche, Vincent van Gogh


   (...) se podría decir que nos habíamos reunido de nuevo todos, como las bolas del juego, que temblequean un poco al borde del agujero, que hacen remilgos antes de acabar de una vez.
   Salen muy violentas y gruñonas, las bolas también, y no van nunca a ninguna parte, en definitiva. Nosotros tampoco y toda la tierra no sirve sino para eso, para hacer que nos reencontremos todos. (...) No podemos reencontrarnos mientras estamos en la vida. Hay demasiados colores que nos distraen y demasiada gente que se mueve alrededor. Sólo nos reencontramos en el silencio, cuando es demasiado tarde, como los muertos.



Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche, Edhasa, Barcelona, 2011, p. 398.

El campo de concentración, Ramiro Calle

domingo, 19 de agosto de 2012
Gargantas de odio, Miguel Menassa


EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN

   El país entró en guerra. Fue una contienda larga y cruel. Defendiendo su país combatieron en ella, forzados por las circunstancias, dos jóvenes. Al final de la guerra, durante dos años fueron prisioneros en un campo de concentración. Cuando fueron liberados, cada uno reemprendió su vida en un lugar diferente de su país. Pasaron diez años y un día se encontraron.
   —¿Qué tal estás, amigo mío? —preguntó uno de los amigos al otro.
   —Estoy bien, pero no he podido olvidar todo lo que pasamos. ¿Y tú?
   —Nunca se olvida una cosa así, pero ya lo he superado.
   —Yo no. Sigo lleno de odio hacia nuestros carceleros. No hay día en que no les odie con toda la fuerza de mi ser.
    —¡Oh, amigo mío! Lo malo no es sólo los dos años que estuviste en el campo de concentración, sino los otros diez que has seguido preso.


Ramiro Calle, Cuentos espirituales de Oriente, Sirio, Málaga, 2005, p. 112.

[Si grabas sus cantos...], Leonard Cohen

viernes, 17 de agosto de 2012
Pájaros, Brook Slane


   «Si grabas sus cantos, Shell, y los pasas a una velocidad más baja oirás cosas extraordinarias. Lo que el oído percibe como una nota son en realidad dos o tres notas cantadas simultáneamente. ¡Un pájaro puede emitir hasta tres notas a la vez!»   
   «Me gustaría poder hablar así. Me gustaría poder decir doce cosas a la vez. Me gustaría decir con una palabra todo lo que se puede decir. Me horroriza todo lo que puede ocurrir entre el comienzo y el final de una frase.»
   Breavman trabajaba cuando ella dormía. Cuando oía su respiración regular sabía que el día había sido sellado y que podía empezar a registrarlo.


Leonard Cohen, El juego favorito, Fundamentos, Madrid, 2011 (1974), p. 198.

Pena de muerte, Óscar Hahn

lunes, 13 de agosto de 2012
Habitación de hotel, Edward Hopper


PENA DE MUERTE

Lo peor es despertarse por la mañana
pensando que ahora nada puede ser igual
y hay que levantarse y ducharse
y preparar el café como siempre
y partir al trabajo como siempre
como si no hubiera pasado nada
aunque ha pasado todo
pasó se acabó llegó a su fin
«es mejor así»
y caminas por la calle como un sonámbulo
chocando con los transeúntes
con los vendedores de diarios
y te sientas en un banco de piedra
sin saber si estás vivo o muerto
da lo mismo
porque la muerte también puede ser
una mesa en un bar dos martinis secos
y un par de labios rojos
pronunciando palabras
que caen como guillotinas

Óscar Hahn

[Lo peor es que te preguntas...], Louis-Ferdinand Céline

sábado, 11 de agosto de 2012
Quo vadis?, Noboru Kitawaki


   Lo peor es que te preguntas de dónde vas a sacar bastantes fuerzas la mañana siguiente para seguir haciendo lo que has hecho la víspera y desde hace ya tanto tiempo, de dónde vas a sacar fuerzas para ese trajinar absurdo, para esos mil proyectos que nunca salen bien, esos intentos por salir de la necesidad agobiante, intentos siempre abortados, y todo ello para acabar convenciéndote una vez más de que el destino es invencible, de que hay que volver a caer al pie de la muralla, todas las noches, con la angustia del día siguiente, cada vez más precario, más sórdido.
   Es la edad también que se acerca tal vez, traidora, y nos amenaza con lo peor. Ya no nos queda demasiada música dentro para hacer bailar la vida: ahí está. Toda la juventud ha ido a morir al fin del mundo en el silencio de la verdad. ¿Y adónde ir, fuera, decidme, cuando no llevas contigo la suma suficiente de delirio? La verdad es una agonía ya interminable. La verdad de este mundo es la muerte. Hay que escoger: morir o mentir. Yo nunca me he podido matar.


 Louis-Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche, Edhasa, Barcelona, 2011, p. 234.

[Quien con monstruos lucha...], Friedrich Nietzsche

jueves, 9 de agosto de 2012
Ciervo afligido, Matazo Kayama



Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti. 



Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal, Alianza, Madrid, 2009, p. 114.

[Basta con que haya pensado eso...], Peter Cameron

martes, 7 de agosto de 2012
 Estructura del desorden, Noboru Kitawaki


«Basta con que haya pensado eso, no es necesario que lo diga. No tengo necesidad de compartirlo. La mayoría de la gente cree que las cosas no son reales si no se expresan verbalmente, y que es el acto de expresarlas y no el de pensarlas lo que las legitima. Supongo que por ese motivo uno siempre quiere que otro le diga "te quiero". Yo pienso lo contrario, que los pensamientos son más reales cuando se piensan, que expresarlos los distorsiona o diluye, que es mejor que permanezcan en la oscura capilla de aeropuerto de tu mente, donde el clima está controlado, que si los sueltas y les da el aire y la luz se alterarán, como una película fotográfica expuesta por accidente».



Peter Cameron, Algún día este dolor te será útil, Libros del Asteroide, Barcelona, 2012, pp. 189-190.

[Nadie nos ha enseñado...], Agustín Fernández Mallo

domingo, 5 de agosto de 2012


Nadie nos ha enseñado a besar, y es lo único que hasta el final buscamos. Salgo a que mi soledad complete la ciudad desierta, ni recuerdo el bullicio, su intención era esto, abrirme un hueco [la rosa no recuerda que ayer fue rosa, por eso se abre cada amanecer con mudada belleza]. Los muertos no mueren en ellos, me digo, sino en nosotros, ellos ya flotan para siempre en la orilla, ciegos de todo, con el traje reventado cabecean contra las rocas, contra la suma de lo perdido; y no hay más. También nosotros besamos siempre la piel invisible de lo que vemos; y tampoco hay más.



Agustín Fernández Mallo, Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus, Alfaguara, Madrid, 2012, p. 10.

Y los días no están lo bastante llenos, Ezra Pound

viernes, 3 de agosto de 2012
Paisaje alrededor de Yoyogi, Tsunetomo Morita



Y LOS DÍAS NO ESTÁN LO BASTANTE LLENOS

Y los días no están lo bastante llenos
y las noches no están lo bastante llenas
y la vida se desliza como un ratón de campo
sin mover la hierba.


Ezra Pound



Hilario Barrero (ed.), Lengua de madera (antología de la poesía breve en inglés), La Isla de Siltolá, Sevilla, 2011, p. 31.