[En una imagen], Giorgio Agamben

jueves, 30 de junio de 2016
Pintura del fuego #6, Yves Klein


   En su inexorable curso, la existencia, que parecía al inicio tan disponible, tan rica en posibilidades, pierde poco a poco su misterio, apaga una a una sus fogatas. La existencia, al final, sólo es una historia insignificante y desencantada como todas las historias. Hasta que un día —tal vez no el último, sino el penúltimo— por un instante reencuentra su encanto, pierde de golpe su desilusión. Aquello que ha perdido el misterio es ahora verdadera e irreparablemente misterioso, verdadera y absolutamente indisponible. El fuego, que sólo puede ser relatado, el misterio, que se ha consumido íntegramente en una historia, nos quita la palabra, se encierra por siempre en una imagen.


Giorgio Agamben, El fuego y el relato, Sexto Piso, Madrid, 2016, p. 17.

[Nos vamos torciendo], Belén García Abia

miércoles, 29 de junio de 2016
 Devastación IISoledad Córdoba


   Ella decía que el mundo a veces nos pesa y con ese peso nos vamos doblando, nos vamos torciendo, y al morir vamos a un cielo lleno de gente como nosotros, que también, de tanto dolerles el mundo, han aprendido a andar torcidos, es un cielo oblicuo, donde sólo pueden entrar los que llevan el peso del mundo en su espalda.


Belén García Abia, El cielo oblicuo, Errata Naturae, Madrid, 2015, p. 73.

[Esta quemadura], Christian Bobin

El tacto del fuego, Chad Caubin


El amor no revoca la soledad. La perfecciona. Le abre todo el espacio para arder. El amor no es nada más que esta quemadura, como en lo blanco de una llama.


Christian Bobin, Elogio de la nada, Presencia, Barcelona, 2016, pp. 24-25.

[Entre un hombre y sus palabras], Ricardo Menéndez Salmón

lunes, 27 de junio de 2016

Daisuke Yokota


   Ningún lugar es tan íntimo como el que comparte un escritor con su escritura. Ni los amantes están tan cerca en su hora de fiebre; ni los hijos en su esplendor de la carne; ni el Sistema en su vigilancia que no duerme. Aquí no existe nada más profundo que la propia mirada. Entre un hombre y sus palabras, ninguna frontera es posible.


Ricardo Menéndez Salmón, El Sistema, Seix Barral, Barcelona, 2016, pp. 76-77.
  

[Cuando no vayas...], Aitor Francos

sábado, 25 de junio de 2016
El marco del lienzo vacío, René Magritte


Cuando no vayas ya a ninguna parte estarás eligiendo el camino equivocado.


Aitor Francos, Fuera de plano, Cuadernos del Vigía, Granada, 2016.
  

[Estamos vivos...], Ramón Eder

jueves, 23 de junio de 2016
El abrazo, Eitan Vikon


   Estamos vivos porque muchas personas han hecho lo necesario para que no estemos muertos.


Ramón Eder, Ironías, Renacimiento, Sevilla, 2016.
 

Estadística, Itziar Mínguez Arnáiz

miércoles, 22 de junio de 2016


ESTADÍSTICA

Nueve de cada diez veces
nos adelantamos a nuestros miedos
innecesariamente

de lo cual se deduce
que una de cada diez
el miedo nos adelanta a nosotros

se mire como se mire
tenemos todas las de perder


Itziar Mínguez Arnáiz, Que viene el lobo, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2016, p. 22.
 

[Convertir lo que ha sido...], Byung-Chul Han

martes, 21 de junio de 2016
Laberinto de la memoria, Chiharu Shiota


   Convertir lo que ha sido en objeto de museo aniquila el pasado. La negatividad, como presente repetible, se despoja de la negatividad de lo irrecuperable. La memoria no es un órgano de mera reposición con el que podamos hacer presente lo pasado. En la memo­ria lo pasado cambia de continuo. Es un proceso progresivo, vivo, narrativo. En eso se distingue del archivador de datos.

Byung-Chul Han, La agonía del Eros, Herder, Barcelona, 2014.

[Esquinas], Elías Moro

lunes, 20 de junio de 2016
 Magnus Gramén


Me acuerdo de las numerosas esquinas que sostuvieron mi espalda en espera de citas que no se cumplieron.


Elías Moro, Me acuerdo, Calambur, Madrid, 2009, p. 47.

Allí donde el aliento, Adam Zagajewski

sábado, 18 de junio de 2016
Gerhard Richter


ALLÍ DONDE EL ALIENTO

Está solo en el escenario
sin ningún instrumento.

Se pone la mano en el pecho
allí donde nace el aliento
y donde se apaga.

No son las manos que cantan,
ni tampoco el pecho.

Canta lo que está callado.



Adam Zagajewski, Deseo, Acantilado, Barcelona, 2005, p. 93.
  

[Y nuestra única respuesta...], Svetlana Alexievich

viernes, 17 de junio de 2016
 Aëla Labbé



   Y nuestra única respuesta es el silencio. Cerramos los ojos como niños pequeños y creemos habernos escondido y que el horror no nos encontrará.



Svetlana Alexievich, Voces de Chernóbil: crónica del futuro, Siglo XXI, Madrid, 2006.

[Cada vida es muchos días...], James Joyce

jueves, 16 de junio de 2016
Robert and Shana Parkeharrison


   Cada vida es muchos días, día tras día. Andamos por nosotros mismos, encontrándonos con ladrones, espectros, gigantes, ancianos, jóvenes, esposas, viudas, cuñados-en-el-amor, pero siempre encontrándonos con nosotros mismos. 
   [...]
   La vida es muchos días. Éste se acabará.



James Joyce, Ulises, Cátedra, Madrid, 2004, pp. 244, 246.
 

[Cualquier destrucción], Michel Houellebecq

miércoles, 15 de junio de 2016
 Nobuyoshi Araki



   Ninguna posición social, ningún vínculo podía ya darse por descontado. Vivimos en una época en que son posibles cualquier cosa, cualquier destrucción.


Michel Houellebecq, Lanzarote, Anagrama, Barcelona, 2006, p. 90.
  

[Escribir...], José Ignacio Foronda

martes, 14 de junio de 2016
Pájaros, Gerhard Richter




   Escribir: volar dejando un rastro.



José Ignacio Foronda, Días bajo el cielo, Pepitas de Calabaza, Logroño, 2011.

El río, Juan Bonilla

jueves, 9 de junio de 2016
Río azul y cascada, Kent Shiraishi


EL RÍO

Si pudiera elegir, sería un río.
Siempre el mismo pero sin ser el mismo nunca.
Un río hundiéndose como daga en el mar
en el exacto instante repetido
en el que nace sin testigo alguno
entre las grietas de una peña y se desliza como lágrima.
Y a cada instante ser también
hilo de agua solitario entre árboles pacientes
que levanta un rumor de agua nerviosa
o se ensancha orgulloso al paso de ciudades
por reflejar torres del oro y vanas catedrales,
o da de beber al ganado en un recodo
o se inventa piscinas para que se bañen los chavales.
No, nuestras vidas no son ríos:
ellos siguen naciendo cuando mueren,
siguen corriendo alegres, violentes,
o se remansan en los valles.

Si pudiera elegir, sería un río, cualquier río,
algo que siempre está naciendo,
algo que está pasando siempre,
algo que muere en cada instante.



Juan Bonilla, Poemas pequeñoburgueses, Renacimiento, Sevilla, 2016, pp. 17-18.

Sed, Ángeles Mora

miércoles, 8 de junio de 2016
Mujer mirándose en el espejo, Edvard Munch

SED

Igual que una emoción
te embarga y te deslumbra
y sólo un leve resplandor
de su luz consigues
que contagie, 


así la vida
te guarda su secreto
día a día,
apenas entreabriendo
los postigos
de su cámara oculta:

destello lento de inquietud
que nos quema
sin consumirse nunca.

Agua en los labios.


‍‍ ‍‍
Ángeles Mora, Ficciones para una autobiografía, Bartleby, Madrid, 2015, p. 45.
‍‍ ‍

El destino se escribe en ámbar, Itziar Mínguez Arnáiz

lunes, 6 de junio de 2016
El semáforo, Javier Fraile



EL DESTINO SE ESCRIBE EN ÁMBAR

¿Cómo has llegado
hasta aquí
siendo quien eres?

¿por qué precisamente ahora
tu vida es ésta
y no otra?

para bien o para mal
todo es resultado
de un cálculo sencillo

los semáforos que pasamos en verde
menos aquellos que nos saltamos en rojo
‍‍ ‍‍
‍‍ ‍‍


Itziar Mínguez Arnáiz, Que viene el lobo, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2016, p. 38.
 

[Las puertas], Julián Cañizares Mata

domingo, 5 de junio de 2016
Christopher Payne
 
 
 
A veces el deseo te lleva a contar las puertas.
Por las calles que recorres cuentas las puertas, una a una.
Y cuando te sientas en la terraza
le pides al camarero que cierre la puerta.


Julián Cañizares Mata, Sustituir estar, DVD, Barcelona, 2009, p. 23.

[El oso...], Marien Engel

sábado, 4 de junio de 2016
La adversidad lleva a extraños compañeros de cama, Gregory Maiofis


    El oso lamía. Buscaba. Lou podría haber sido una pulga a la que él estaba persiguiendo. Le lamió los pezones hasta que se le pusieron duros y le relamió el ombligo. Ella lo guio con suaves jadeos hacia abajo.
    Movió las caderas: se lo puso fácil.
    —Oso, oso— susurró, acariciándole las orejas. La lengua, no solo musculosa sino también capaz de alargarse como una anguila, encontró todos sus rincones secretos. Y, como la de ningún ser humano que hubiera conocido, perseveró en darle placer. Al correrse sollozó, y el oso le enjugó las lágrimas.


Marien Engel, Oso, Impedimenta, Madrid, 2015, página 112.
 

[Muñecos articulados], Felipe R. Navarro

viernes, 3 de junio de 2016
 Marcel Mariën


   [...] hay tanto que no nos afecta ni habla de nosotros hasta que lo hace y resulta como un manotazo en mitad de la espalda, que nos coge por sorpresa y sentimos que casi nos desmonta como si fuésemos frágiles muñecos medianamente articulados, lo que quizás somos [...].


Felipe R. Navarro, Hombres felices, Páginas de Espuma, Madrid, 2016.